Pasión, motivación, conocimientos técnicos… Esas son algunas de las características que Nilo Lima considera primordiales a la hora de realizar una foto.
Nilo Lima, fotógrafo internacional, dejó a un lado su, ya terminada, carrera de zootecnia y, en 2005, decidió sumergirse en el mundo de la fotografía. Lo que comenzó siendo un hobbie ha pasado a convertirse en su forma de vida.
Su primera cámara compacta (Fuji S5100) inmortalizó múltiples momentos, todos ellos referidos a personas – niños, embarazadas, novios…- .
Para Nilo, la calidad del equipo no lleva consigo un resultado más óptimo. “El equipo no hace la foto, eres tú. Por ello lo importante es: tener un buen ojo, un buen dedo y un cerebro”.
Tras probar diferentes campos de trabajo, optó por la fotografía de bodas. Un ámbito que considera curioso y que, a su vez, le despierta una adrenalina muy fuerte. “Cuando me dispongo a fotografiar en una boda parece que nunca antes lo hubiese hecho”.
Antes de comenzar “manos a la obra” realiza sesiones preboda, de esa manera el cliente conoce mejor su trabajo. Es una forma de conectar con sus protagonistas, ellos le exponen lo que quieren y cómo lo quieren; por lo que así existe más comodidad, seguridad y complicidad para el “gran día”.
Lima trata de que, durante la boda, los novios y demás invitados no le vean. Para Nilo el centro de atención debe recaer en la novia; “en una Iglesia intento estar lo más escondido posible, no deseo estorbar”.
El fotógrafo, de origen brasileño, echa en falta que en su país no se celebren bodas a plena luz del día. El 90/98% de los festejos son a partir de las 20.30 horas, cuando la oscuridad ha ganado terreno a la claridad…
“La luz de Dios es la más bonita. Por la noche son todo luces artificiales, con flash y te tienes que buscar la vida”.
En España, los minutos de entrevista han transcurrido sin a penas darnos cuenta…Aquí ya ha caído la noche y, con ella, desaparecido “la luz de Dios”…